lunes, 27 de octubre de 2008

Cómo defender la Iglesia, según lo veo yo.

Hoy supe de uno que por defender la Iglesia católica y su doctrina, había faltado el respeto maltratando a un anglicano. Y tampoco había escuchado a otros católicos que le pedían que se detuviera, y tanto fue el alboroto que otro que escuchaba se sintió lo suficientemente mal como para decir que iba a seguir a Cristo sin pertenecer a ninguna Iglesia.

Me dio pena por él, pero me hizo pensar que sería importante que los católicos a veces nos pusiéramos a evaluar cómo somos parte de la Iglesia, con qué actitud estamos en ella, con qué actitud nos presentamos frente a los demás, sean o no católicos.

La mayoría somos de la Iglesia desde niños, pero por eso nos sentimos "de" la Iglesia, como si nos hubiesen "encajado" en algo, algo así como la familia en la que no elegimos nacer. Pero cuando uno crece se tiene que "hacer Iglesia". Esto quiere decir que aceptamos, asumimos y elegimos crecer y hacer crecer la familia en la que la gracia nos ha dado la vida divina.

Entonces, se trata de querer ser Iglesia, no de sufrirla. Se trata de ser parte del pueblo de Dios, de la familia de Dios, una familia y un pueblo que comunica las maravillas del Señor, para que todos los hombres del mundo se salven conociendo el amor que nos ha salvado.

Entonces, se trata de defender al hombre amándolo e invitándolo a conocer al Padre que lo espera para compartir sus riquezas eternas, más que de defender a la Iglesia. Se trata de amar y de mostrar con las actitudes que el mensaje de Jesús es vivible y fascinante, más que imponerlo de tal modo que le resulte al que lo escuche insoportable. Se trata de gozar de la liberación y la libertad de los hijos de Dios, más que atar con nuestra prepotencia y nuestra soberbia e hipocresía.

La Iglesia es un misterio que se manifiesta imperfectamente porque los seres humanos somos imperfectos. Pero ese misterio es maravilloso porque viene de Dios. Si amáramos al ser humano como lo ama Dios descubriríamos por qué nos da tan gran misterio como es el de la Iglesia como camino para vivir el otro Misterio con mayúscula que la pertenencia e incorporación a Cristo para ser parte del Amor trinitario. Será tema para otra vez.

1 comentario:

miriam dijo...

somos parte de un todo que es la iglesia.somos un solo cuerpo unido. y si algo de mi iglesia no me gusta no me voy de laiglesia. trato de entenderlo, de corregirlo si puedo y de aceptarlo sino. si no me gusta una parte de mi cuerpo no me la corto, no me aparto de ella.
Dios bendiga este cuerpo imperfecto que es la iglesia, pero que tiene una cabeza perfecta, que es Cristo.
un sincero abrazo