domingo, 14 de diciembre de 2008

Qué me dice la Virgen de Guadalupe

La imagen de la Virgen de Guadalupe es un anuncio en sí misma, y a mí me dice muchas cosas que me dejan perplejo y admirado. No me voy a referir a los signos pictóricos, porque no soy mexicano y no conozco nada de las culturas de dicho país. Pero cuando me dicen que la NASA realizó estudios donde se conoció lo siguiente:
1. Estudios oftalmológicos realizados a los Ojos de María han detectado. Que al acercarles luz, la retina se contrae y al retirar la luz, se vuelve a dilatar, exactamente como ocurre en un ojo vivo. 2. La temperatura de la fibra de maguey con que está construida la Tilma mantiene una temperatura constante de 36.6 grados, la misma que el cuerpo de una persona viva. 3. Uno de los médicos que analizó la Tilma colocó su estetoscopio debajo de la cinta que María posee (señal de que está encinta) y escuchó latidos que rítmicamente se repiten a 115 pulsaciones por minuto, igual que un bebé en el vientre materno. 4. No se ha descubierto ningún rastro de pintura en la tela. De hecho, a una distancia de 10 centímetros de la imagen, sólo se ve la tela de maguey en crudo: los colores desaparecen. Estudios científicos no logran descubrir el origen de la coloración que forma la imagen, ni la forma en que la misma fue pintada. No se detectan rastros de pinceladas ni de otra técnica de pintura conocida. Los científicos de la NASA afirmaron que el material que origina Los colores no es ninguno de los elementos conocidos en la Tierra. 5. Se ha hecho pasar un rayo láser en forma lateral sobre la tela, detectándose que la coloración de la misma no está ni en el anverso ni en el reverso, sino que los colores flotan a una distancia de tres décimas de milímetro sobre el tejido, sin tocarlo. Los colores flotan en el aire, sobre la superficie de la Tilma. 6. La fibra de maguey que constituye la tela de la imagen, no puede perdurar más que 20 o 30 años. Hace varios siglos se pintó una réplica de la imagen en una tela de fibra de maguey similar, y la misma se desintegró después de varias décadas. Mientras tanto, a casi 500 años del milagro, la imagen de María sigue tan firme como el primer día. La ciencia no se explica el origen de la incorruptibilidad de la tela. 7. En el año 1791 se vuelca accidentalmente ácido muriático en el lado superior derecho de la tela. En un lapso de 30 días, sin tratamiento alguno, se reconstituye milagrosamente el tejido dañado. 8. Las estrellas visibles en el Manto de María reflejan la exacta configuración y posición que el cielo de México presentaba en el día en que se produjo el milagro. 9. A inicios del siglo XX, un hombre escondió una bomba de alto poder entre un arreglo floral, el cual colocó a los pies de la Tilma. La explosión destruyó todo alrededor, menos la Tilma, que permaneció en perfecto estado de conservación. 10. La ciencia descubrió que los ojos de María poseen los tres efectos de refracción de la imagen de un ojo humano. 11. En Los ojos de María (de tan sólo 7 y 8 mm) se descubrieron diminutas imágenes humanas, que ningún artista podría pintar. Son dos escenas y las dos se repiten en ambos ojos. La imagen del obispo Zumárraga en los ojos de María fue agrandada mediante tecnología digital, revelando que en sus ojos está retratada la imagen del indio Juan Diego, abriendo su Tilma frente al obispo. ¿El tamaño de ésta imagen?. Una cuarta parte de un millonésimo de milímetro. Es evidente que todos estos hechos inexplicables se nos han dado por una razón: Querían captar nuestra atención.

Y a mí me ha llamado profundísimamente la atención, porque resuena en mí como un mensaje enorme y hermoso: ¡María está viva y entre nosotros! Que su Hijo también está vivo. Su figura no depende de nosotros, no es pintura humana, no es nada conocido por nosotros porque -para mí- es divina, un signo que Dios permite que dé María para convencernos de la obra de Dios, no es pintura, no son elementos de la tierra, no está en la tela, pero se ve. Maravilloso. Como nació el Señor Jesús en un humilde y pobre pesebre en Belén y que su señal será para siempre, la tilma es un elemento inmensamente pobre y frágil, para mostrar que la fortaleza la da Dios. Ella nos mira, nos contempla desde el día en que se apareció. Y vela por nosotros. En suma: Me dice que Ella está, y me dice que su Hijo está, que no tema porque Dios salva, porque es capaz de hacer fuerte lo débil. María está con todos, con los que quieren verla, los que quieren salvarse, los que necesitan, los que aún no creen del todo, con los débiles, con los duros, con todos los hijos para que vivan unidos. Que no tema, que no tema. Me llena de gozo que su imagen sea un mensaje vivo. Quisiera algún día poder llegar a estar cerca de esa imagen, pero no me hace falta porque Ella ha venido hasta donde estoy yo, y sigue para siempre conmigo. Madre Hermosa, ¡muéstrame a tu Hijo! 
Y lo que digo de mí y para mí, es para todos, y quisiera que como pueblo lo captáramos, y lo experimentáramos, y nos confiáramos a sus manos para unirnos como familia. Ojalá cuidáramos nuestro mundo, nuestra casa, nuestras relaciones humanas, nuestra cultura, nuestras decisiones, nuestros jóvenes y niños, nuestros adultos y abuelos, nuestros enfermos y débiles, los matrimonios y las familias. Ojalá nos uniéramos para orar, para celebrar la vida con el Señor, para ayudarnos siempre. Ojalá nos organizáramos para salvar nuestro futuro entre todos, y sin excluir a nadie. Ojalá pusiéramos la economía a servicio de la gente, y no la gente al servicio de la economía. Ojalá pusiéramos las finanzas al servicio de todos y no dejáramos que las especulaciones egoístas nos destrocen. Ojalá hiciéramos los favores que pudiéramos para hacer felices a los otros, porque en dar hay más alegría que en recibir. Ojalá lucháramos por ser verdaderamente felices, que es gratis, y no nos contentáramos con las falsedades que nos venden, y que tan caras pagamos. Somos todos una gran familia, y con la misma Madre, un mismo Amor que nos une, un mismo Hermano que nos ha salvado, un mismo Padre de quien todo procede y para quien todo es.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Inmaculado inicio de la vida de la Virgen María

Hoy es la fiesta de una gracia enorme otorgada a la Maria de Nazaret en vistas a ser la Madre del Salvador: su Inmaculada Concepción en el seno de su madre Santa Ana. Lo aclaro porque mucha gente aún piensa que la Inmaculada Concepción es la de Jesús en María.
Esta gracia, este don que el Padre dio a su Hija predilecta, libérrimamente, fue en vistas de la Encarnación de su Hijo. La liberación de María del pecado original fue un adelanto de la obra redentora que realizaría su Hijo en la cruz.
Lo corruptible no puede tener parte con la incorruptibilidad dice San Pablo (cf. 1Cor 15, 50-54), y si bien se está refiriendo cuando lo dice a la necesidad de la purificación total para la resurrección para la vida eterna, su idea deja entrever la necesidad de la incorrupción para poder recibir al Señor de la Vida, a Aquel por quien y para quien todo fue hecho (cf. Jn 1,3). Porque debía recibir en su seno a la segunda persona de la Santísima Trinidad, María no tenía que tener ni haber tenido pecado alguno. El pecado original lo recibimos por herencia, y por esto ella tuvo que ser liberada de esa herencia en el momento en que ella fue concebida. De otra manera ella habría transmitido por generación a su Hijo el pecado original provocando una situación paradójica: Dios enfrentado a sí mismo en una situación de pecado. 
Si bien San Pablo dice que Dios, al que no cometió pecado lo hizo pecado por nosotros (cf. 2Cor 5, 21) fue dicho en el sentido de identificar a Jesús con los pecadores, con el pecado de todos, para poder rescatar a todos por el precio que Jesús pagó con su muerte. Todas nuestras deudas con Dios son en Jesús saldadas si nos hacemos parte de Jesús, aceptando su Espíritu que nos hace obrar como hijos en el Hijo. No tuvo Cristo Jesús ningún pecado en sí mismo.
Los efectos que la Inmaculada Concepción provocan en María fueron impresionantes: una comunión perfecta con Dios siempre, libertad total para responder a Dios y a su santísima voluntad divina, total escucha y adhesión a la Palabra de Dios, conocimiento inconmensurable del Amor divino, fortaleza inigualable para acompañar al Redentor en su muerte, participación eterna en la vida divina en cuerpo y alma, y por eso la llamamos con verdad: Llena de gracia.
Por experiencia propia animo a todo aquel que lea esto a confiar sus necesidades más hondas a nuestra Hermosa Madre, y verá lo que el amor materno de María hace.
¡Ave María Purísima, sin pecado concebida!