martes, 24 de marzo de 2009

Aprender a obedecer



"Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer." (Hebreos 5,8)

¿Tuvo Jesús que aprender a obedecer?




El problema no está en aprender. El problema es obedecer.
Porque obedecer significa escuchar al que manda y someterse.
Y sin ninguna duda que eso requiere de un aprendizaje.

Hay que aprender a conocer al que manda, en este caso a Dios. Un Dios que es tan sabio que ve mucho más allá que nosotros. Y como lo mueve el amor, sus designios son sabios y amorosos, siempre en bien de los que ama. Y Dios ama a todos.

Hay que aprender que manda. Porque tiene la autoridad legítima sobre todas las creaturas.

Hay que aprender que hay que escuchar. Porque Dios es el que habla. De Él procede la Palabra. Y, cuando Dios habla, habla para ser oído. Habla para ser recibido. Es don que hay que recibir y no es posible despreciar ese don impunemente, porque no se rechaza cualquier cosa. Se lo rechaza a Él.

Hay que aprender a escuchar. Porque cuando Dios habla no hay que escuchar sólo lo que gusta y conviene, sino todo lo que dice. Hacer interpretaciones ilegítimas, para disimular su mandato, para desdibujarlo, es ponerse por encima de su autoridad, y de la autoridad de su palabra dicha. Sólo su Espíritu interpreta la verdad de Dios. Quien no tiene el Espíritu de Dios, quien no hace caso al Espíritu de Dios, no podrá interpretar correctamente nunca la Palabra de Dios. No estará compartiendo lo que Dios dice, sino lo que se quiere que diga.

No hay que aprender a entender, sino a escuchar. Se equivoca el que quiere primero entender a Dios para luego hacerle caso. Se equivoca porque primero debe creer para entender. Y creer verdaderamente es obedecer, porque es adherirse a Dios y a su voluntad.

Por último, hay que aprender a acatar lo que está mandado. Hay que aprender a obedecer, como dijimos, adhiriéndonos por opción personal y libre a Dios para hacer su voluntad, que es sabia y amorosa, aunque no entienda yo sus designios, ni por dónde me conduce, ni qué quiere hacer, ni cómo lo quiere hacer, ni cuándo. Esas cuestiones no me corresponden saberlas porque no voy a juzgar a Dios. Jamás podré, y líbreme Dios de querer hacerlo alguna vez. Jamás tendré la autoridad para cuestionar la autoridad de Dios. Porque no soy sabio, porque no soy más que un pecador.

Jesús no era pecador, pero era verdadero hombre. Como Hijo de Dios, es decir, como verdadero Dios, indudablemente conocía y aprobaba la voluntad de su Padre. Pero como hombre debía someter su voluntad humana a la divina. Y como hombre le angustiaba su hora, su muerte, su sufrimiento. Pero aprendió a obedecer, aprendió a acatar, aprendió a entregarse al designio sabio y amoroso del Padre, aprendió a confiar en Él totalmente, esperando que lo libre de la muerte.

¿Cuándo yo obedeceré a Dios de ese modo? Ese día seré un convertido, seré santo.

1 comentario:

miriam dijo...

APRENDER A OBEDECER.

entender cual es el camino a seguir para OBEDECER a Dios.

no: "entender a Dios" (nuestro lugar de creaturas no podría nunca "entender" a nuestro Creador).

ÉL: es un concepto muy elevado. nuestra capacidad humana nunca lo podría entender y desde nuestro lugar de humildes y dociles ovejas de su rebaño nunca deberiamos osar entenderlo.

lo que sí debemos entender es cual es el camino que nos conduce a Dios, para así, usando nuestra capacidad de desición, nuestro libre albedrío, podemos "estar" con Dios, obedeciendo y aceptando lo que nos manda, diciendole ante cada momento dificil, desicivo de nuestra vida: GUIAME SEÑOR, QUE SE HAGA TU VOLUNTAD, Y AYUDAME A DESCUBRIR QUÉ TENGO QUE APRENDER DE ESTO QUE ME ESTA SUCEDIENDO.

debemos aprender que obedecer y aceptar lo que Dios nos manda es recorrer el camino hacia la vida eterna.

"obedecer a Dios": escuchar lo que nos dice en nuestro ser mas profundo y obedecerlo sin cuestionarlo.

ORAR no es hablar a Dios, sino escuchar lo que Él me dice. (Lou Emery).

Dios lo bendiga siempre. un sincero abrazo