sábado, 2 de mayo de 2009

Desvivirse

"El buen pastor se desvive por las ovejas" (Jn 10, 11)

Cualquiera de nosotros al pensar en un pastor de nuestro mundo diría que el pastor vive de las ovejas, sea porque es el propietario de las ovejas, o el propietario de las mismas le paga por pastorearlas.
Sin embargo, Jesús dice que el buen pastor se desvive por las ovejas. Habla de sí mismo y se aplica a sí mismo la función de pastor, y enriquece la idea con el adjetivo "buen". No sólo es pastor, sino que además es bueno. Y por si fuera poco dice algo impensado: se desvive por las ovejas. Pierde su vida para que las ovejas vivan.
La imagen de las ovejas le viene bien para enseñarnos. Por comparación, nosotros somos las ovejas de ese pastor. Somos propiedad de su Padre, como dice el salmo 100: "Somos su pueblo y ovejas de su rebaño". Y el Padre nos ha confiado a su Hijo (Jn 6,37) y nos dio el aceptarlo (Jn 6,65). Cuando aceptamos al Hijo nos volvemos de su rebaño.
Somos ovejas de ese pastor que se desvive por nosotros. Lo mueve el amor ("Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos" (cf. Jn 15,13). Él da su vida por las ovejas (Jn 10,15). Da su vida por nosotros.
Y lo hace libremente (Jn 10,18), y porque el Padre se lo ha encargado (ibídem). Su obediencia al Padre es por amor y confianza plena. El Padre le ama porque Jesús da su vida (Jn 10,17), y en esa entrega de amor el Hijo es igual al Padre: "Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él tenga vida eterna" (Jn 3,16). El Padre entrega lo más preciado que tiene, su Hijo. El Hijo entrega lo más preciado que tiene, su vida. Y todo por nosotros.

Su vida hoy se sigue dando: sigue predicando, tanto a través de lo que la Escritura dice que dijo, como por su presencia en Espíritu en la Iglesia que celebra y escucha. Sigue perdonando porque en los sacerdotes, por el sacramento del Orden Sagrado, da su perdón y libera los corazones realmente. Sigue alimentandonos con su Cuerpo y su Sangre, en cada Eucaristía. Sigue pastoreándonos a traves de los legítimos pastores. Sigue cargando con los dolores del mundo a través de todos los que guiados por su Espíritu y con los carismas del Espíritu atienden las necesidades y dolores del mundo. Sigue enseñando a través de todos los catequistas y formadores. Sigue acompañando su rebaño, porque esta con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (cf. Mt 28,20).

Al ser nosotros miembros de Cristo (cf. 1Cor 12,12) continuamos la misión de Cristo, y por tanto debemos asumir la misión que le encomendó el Padre, para que todos lleguemos a compartir la vida plena eternamente con la Trinidad Santa.
Que los sacerdotes vivamos con gozo y fidelidad nuestro servicio de maestros, santificadores y pastores.
Que los catequistas permanezcan fieles a la verdad y la transmitan de forma completa y acompañen a sus catequizandos en su crecimiento en la fe.
Que los que tienen carismas los ejerzan para beneficio de la comunidad que lo necesite.
Que los que son padres de familia vivan su misión de vivenciar la fe y transmitirla a sus hijos, junto con ellos, y como familia muestren la belleza del reino de Dios que está entre nosotros.
Que los que trabajan honren la vida y la creación mejorándola con su trabajo responsable y creativo, usando su inteligencia y sus talentos en favor del bien común.
Que los que conducen a otros lo hagan con la responsabilidad de servir para que todos tengan una vida mejor según los criterios del Señor.
Que los que enseñan enseñen la verdad, y se animen a formarse continuamente para hacer madurar su propia conciencia y hacer crecer su propio conocimiento de la verdad.
Que todos amemos como Jesús nos amó (Jn 15,12)
, desviviéndonos por el otro...


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siento tres invitaciones en lo que leí:
- aceptar libremente ser guiada por el Buen Pastor, del modo y por los instrumentos que Él quiera.
- animarme a formarme con humildad para crecer en el conocimiento y servicio de la verdad.
- y VIVIR DESVIVIENDOME POR LOS OTROS, AMÁNDOLOS.
Reconozco Señor que soy débil y necesito Tu ayuda a través de los hermanos que Tú quieras usar.
Acepto este camino que me propones.
Gracias Dios mío por tu infinito amor.

Pbro. Juan Dondo dijo...

miriam dijo...
Él: pastor - nosotros: rebaño.
Él: Padre - nosotros: sus hijos.
Él: Padre, Pastor, se desvive por nosotros: su rebaño, sus hijos.
la función de Dios ,como Padre, para con nosotros, sus hijos, es la misma que la de cada padre/madre para con sus hijos, pero elevada a la enésima potencia, en cuanto a perfección, amor, entrega, etc.
Él actúa como Padre como cada uno de nosotros actúa (o debiera hacerlo) con sus hijos: dando la vida por ellos, viviendo por y para ellos, y desviviendonos por ellos. o acaso no hacemos eso los padres por nuestros hijos?
solo que Dios, que es perfecto, lo hace todo en forma perfecta y con un amor infinito y puro.
nosotros, que somos imperfectos, lo hacemos lo mejor que podemos, pero siempre con imperfecciones, debido a nuestra naturaleza imperfecta, pero tambien ponemos amor y entrega.

Dios, se sigue desviviendo por nosotros hoy, cada día? ABSOLUTAMENTE SI.
nosotros, nos desvivimos por Él y por nuestros hermanos, continuando la misión que Cristo nos encomendó,? HAGAMOSNO CON SINCERIDAD ESTA PREGUNTA.

creo que la esencia del mensaje de Jesús es muy simple y facil de entender, pero tarea ardua para realizar: AMARNOS ENTRE HERMANOS, DESVIVIRNOS POR EL OTRO.