viernes, 3 de abril de 2009

El Rey y el asno.

"Al encontrar un asno, Jesús montó sobre él" (Jn 12, 14)

Cuanto más inseguro fuese el rey más grande tenía que ser su transporte, sea caballo, auriga, carruaje, incluso su ejército. Por lo exterior tenía que compensar la debilidad de lo interior.

Mucha gente hoy hace lo mismo,
el ejército más grande,
el autom
óvil más seguro,
los gritos más fuertes,
los aparatos políticos más prepo
tentes,
la
soberbia más exacerbada,
el totalitarismo más despiadado.


Quien no quiere dominar no necesita nada de eso.
Y menos quien tiene el poder verdadero.

Jesús encontró un asno.
Y así cumplía la profecía de Zacarías 9,9:
"¡Alégrate mucho, hija de Sión,
grita de júbilo, hija de Jerusalén!
Mira que tu rey viene hacia ti;
él es justo y victorioso,
es humilde y está montado sobre un asno,
sobre la cría de un asna. "

Le bastaba el asno.
Puesto que Él ya era Rey.
Puesto que ya era Justo.
Ya era Victorioso.
Ya era Humilde.

Porque Él sabía que el Padre había puesto todo en sus manos (cf. Lc 10, 22), y le diría luego a Pilatos: "Soy Rey" (Jn 18, 37).

Y, como dice en el mismo versículo: "He venido para dar testimonio de la Verdad". "Yo digo la verdad" (Jn 8, 45). Por eso, Pedro dirá el día de Pentecostés: "Ustedes renegaron del Santo y del Justo".

Sabía que ya había vencido: "En adelante verán al Hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir sobre las nubes del cielo" (Mt 26, 64).

En Mt 11,29-30 dice: "Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana".

No le hacía falta más que un asno. Todo lo demás lo tenía en sí mismo.

¿Por qué tantas veces puse mi mirada en lo exterior y no en lo interior?
¿Por qué me quedé mirando sin ver?
¿Por qué deseé tener el asno y no al Rey?
¿Por qué deseé los dones del Señor y no me di cuenta que debía tener al Señor de los dones?
¿Qué más necesitaría si lo tuviese a Él?

¿Ante quién pondré mis ramos: ante el asno o ante el Señor Jesús?
Te doy mis ramos, y mi capa, mi corazón, mi voluntad y mi inteligencia.
Todo lo pongo bajo tus pies.
¿Para qué tenerlos yo si no me llevan a ti?

2 comentarios:

miriam dijo...

a mí esta reflexión me dice:
-que el único Rey es Jesús, y Él siempre estuvo muy lejos de la opulencia, de la "grandeza externa".
su nacimiento, su vida, sus enseñanzas y hasta su muerte se dieron dentro de una profunda sencillez y simpleza de concepto. (sin "alaraca", como se diría hoy).

para ver en nosotros: "si nuestro interior tiene luz de Dios, brilla con esa luz de Dios, tiene un camino a seguir, y fuerza y fe para transitarlo, entonces el exterior pasa a segundo plano.

Dios, nuestro único Rey y Señor, es humildad, amor y servicio.
Jesús, vino realmente a servir a su Padre, haciendo lo que Él le encomendó.

tomemos nosotros esta enseñanza y vivamos para servir sin esperar ser servidos.

cuántos pseudo-reyes quieren ostentar, quieren mostrar "cuanto tienen" en lo material!!
¿será que POCO TIENEN,? o lo que tienen es solo "de este mundo materialista", no del verdadero, no del que nos conduce a la Vida Eterna!!!
si nuestro corazón, nuestra alma, nuestra escencia (o como quiera llamarle)camina segura hacia Dios, no nos importará "el afuera", lo externo, lo exterior, lo material, lo superfluo.

ANTE QUIEN PONDRE MIS RAMOS?
- yo quiero poner mis ramos ante Él, mi Dios, mi Rey, mi Señor, que es, desde siempre y para siempre: amor, ternura, contención. (no lo puedo ver de otra forma, con otros ojos, porque a cada momento de mi vida, con pequenos gestos de cada día, me demuestra que está conmigo, y que me cuida siempre.

si "abrimos el oído", si nos predisponemos a escucharlo, Él nos hablará para guiarnos y enseñarnos. siempre. a cada momento.

no nos dejemos marear por los discursos "del asno" (hay muchos!, hay tantos hoy!) que cada vez que hablan para "guiarnos", solo atinamos a apagar el televisor o a cambiar de canal!

escuchemos el mensaje del verdadero y único Rey.

Dios lo bendiga siempre...y nos bendiga a todos.
un sincero abrazo.

Anónimo dijo...

El ejemplo que Jes�s nos da aqu� es es verdadero camino del cristiano. Me pregunto: �la mayor�a de las personas que entienden este mensaje, lo llevan a la pr�ctica? o nos quedamos con que es b�rbaro y ah� queda todo?
Si en realidad queremos seguir el camino de Jes�s depende solo de nosotros, de que querramos cambiar nuestras malas actitudes por las correcta y...solo Dios obrar� en nosotros. Pero siento que a las personas les cuesta mucho decidirse a cambiar porque las comodidades que el mundo brinda son muchas y no las quieren perder. Entonces: �queremos cambiar para seguir a Jes�s? somos capaces de dejar las comodidades del mundo para seguirlo y encontrar as� la paz de Dios? Que Dios los bendiga .