lunes, 6 de abril de 2009

Pobres

"Anunciar la Buena Noticia a los pobres" (Is 61,1)

Hay que haber experimentado el no poder para entender la pobreza más profunda. No poder entender. No poder aprender. No poder comer. No poder trabajar. No poder cobijarse. No poder amar. No poder sobrevivir. No poder vivir. No poder tener, etc.

No poder nada.
Pero si me rebelo aún puedo.
Mayor pobreza es ni siquiera poder rebelarse. No poder luchar más. No poder sobrevivir, ni siquiera vivir. La muerte.

No tengo nada más de dónde agarrarme. No tengo ningún punto de seguridad. No me queda más que esperar.



Y ahí es donde me identifico con Jesús en el sepulcro. Sólo puede estar ahí. Aunque su estar es todo un mensaje, nuestro estar en el sepulcro no es un mensaje, sino la total necesidad de ese mensaje, la total entrega, el total despojo, el total anonadamiento, el volverse polvo de nuevo. Mi alma queda despojada de mi cuerpo, mi cuerpo despojado de mi alma. Sólo el Hijo en el que fuimos creados puede darme lo que necesito en ese momento: "Yo soy la resurrección y la vida. El que crea en mí aunque muera, vivirá" (Jn 11, 25). No me queda otra posibilidad que la que Dios puede darme en su Hijo: resucitar y vivir porque creo en Él.

Ese mensaje encierra la Buena Noticia. La Buena Noticia encierra ese mensaje.
La Buena Noticia es que en Jesús y por Jesús tenemos vida eterna, porque él pagó el precio de nuestros pecados, pagó nuestras deudas. Porque no sólo éramos pobres sino también deudores.
Nuestra deuda saldada por su sangre se convirtió en superávit por la misericordia de Dios. Son sus méritos nuestra riqueza, nos ha enriquecido con su pobreza (cf. 2Cor 8,9), nos ha dado su vida (cf. 1Jn 3,16), y nos compartió su Espíritu y dará nueva vida a nuestros cuerpos mortales (cf. Rm 8,11).

¡Bendita Pascua! ¡Bendita pasión! ¡Bendita esperanza!


2 comentarios:

miriam dijo...

qué oscuro!, que fuerte el mensaje!, qué lúgubre el NO PODER!.

me ensombrece, me hace sentir en penumbras, casi en la oscuridad, este NO PODER NADA.

Me dicen estas palabras, que estando allí, en lo mas profundo del pozo, en esa terrible oscuridad, es donde me identifico con Jesús en el sepulcro. pero yo quiero ser capaz de identificarme con Él aunque no haya tenido la experiencia de vida de ese NO PODER NADA del que se habla en esta reflexión.

Quiero acompañar a Jesús en estos días , rememorando su generosa entrega, pero con la alegría de su Resurrección, y viendo, en su gesto de amor hacia nosotros, la salvación.

Veo Vida en la cruz, no muerte!. Vida dada a cada uno de nosotros. Vida nueva. Vida Eterna ofrecida generosa y desinteresadamente al que la quiera recibir.

Qué dificil interpretar este mensaje de Jesús muerto y sepultado. con su cuerpo en el sepulcro.

lo acompaño a traves de la Vigilia y espero la Pascua de Resurrección, que es nuestro nacimiento a la Vida Nueva.

No me quiero quedar con la angustia de la muerte, del sepulcro, sino con la alegría de la Resurrección.

BENDITA PASIÓN del Señor! que dió lugar a la
BENDITA PASCUA de Resurrección!, que nos trajo a todos la
BENDITA ESPERANZA! de la Vida Eterna compartida EN y CON nuestro Padre, Dios, Rey y Señor!!

Dios lo bendiga siempre...un sincero abrazo

Anónimo dijo...

...Su estar es todo un mensaje,... nuestro estar en el sepulcro no es un mensaje, sino la total necesidad de ese mensaje.
Bellísimo...
¡al fin sin sentimentalismos poder necesitar el estar en el sepulcro para entender lo Infinito!...
Lo Infinito del Mensaje de Jesús.
Lo infinito de mi pequeñez frente a Él.
Lo infinito de mi anonadamiento ante Su Infinita Grandeza.
Lo infinito de mis pobrezas y mezquindades, ante Su Infinita Entrega por mí.
Lo infinito de la necesidad que tengo de vivir esa Promesa de Jesús que fundamenta mi esperanza y da sentido a mi vida: "Yo soy la resurrección y la vida. El que crea en mí aunque muera, vivirá" (Jn 11, 25).

Bendito alabado y adorado seas Señor por las luces que cada día nos ofreces